lunes, 11 de mayo de 2009

Reflexiones y dudas de un escéptico en proceso de conversión...

Las ideas que a continuación os presento son anteriores a haber leído nada del blog, por tanto no están "contaminadas" por los conceptos que en él se expresan . Precisamente por esto, me parece interesante mostralas así, con inocencia virginal e infantil. Hoy por hoy, tras haber visto las positivas e instructivas aportaciomes de los compañeros al blog, creo tener una mejor y más ampila visión. De todas maneras, ahí van esas primeras y básicas cuestiones que me suscitó el contacto con el tema:

Creo que la deconstrucción en la arquitectura puede verse desde el aspecto formal como una ruptura con el lenguaje racionalista, pero sobre todo, y como concepto base, de lo que en realidad se trata es de nunca dar la respuesta esperada a un problema o cuestión. Esta respuesta, sorprendente para el espectador, hace replantearse la propia pregunta y sus posibles soluciones desde un prisma más amplio.
Pasando al tema de la escala XL, que tamto me preocupaba en el seminario, me parece que ya lo puedo ver con otros ojos. No se trata de proyectar directamente a esta escala con este "método", sino de aplicarlo en el análisis de la metrópolis, para posteriormente proyectar a gran escala usando estos nuevos valores positivos de la urbe, que menciona Koolhaas, en su configuración. Está claro que una autopista tiene que ir por donde objetivamente sea más adecuado su trazado, pero la cuestión es la de ver esos nuevos valores, descubrirlos, valorarlos y potenciarlos para usarlos en nuestro proyeco. Esa claridad laberíntica a la que el profesor hacía referencia en el seminario.
Respecto a la clase, la manera de impartirla, es en gran medida lo que me ha hecho comprender el concepto (si es que he llegado a hacerlo). Al principio, estaba totalmente desorientado, incluso preocupado por la cantidad de dudas que se me iban generando. Pero veo que esa sensación era pretendida, cuando al final del seminario van encajando las piezas de golpe y todo empieza a cobrar sentido. Esa intención de no dar la respuesta inmediata, ni la esperada, ni por supuesto la típicamente lógica. Esa es la cuestión, darse cuenta de que lo que llamamos lógico no es lo lógico, sino lo típicamente lógico y esperado. Puede haber muchas respuestas lógicas y ciertas para una cuestión.
Por otro lado,la deconstrucción como método para aplicar a nuestros futuros proyectos me parece interesantísimo. Además, una de las virtudes del método es que no es tal, sino que es un sistema abierto que acoje todas las visiones e interpretaciones personales que cada uno podamos hacer de él .Me siento incluso algo avergonzado por haber acabado la carrera de arquitectura y no haber reparado en él, por lo menos de manera consciente ya que si analizo mis proyectos ahora encuentro más de un guiño a las teorías sobre las que estamos hablando.

Un saludo para todos.

5 comentarios:

  1. “presencia significa siempre de hecho presencia en la mente humana”

    La sombra de Platón y el falogocentrismo planea sobre nuestras cabezas desde hace siglos. Hemos tenido implícito ese afán de la cultura y la filosofía occidentales por hallar verdades objetivas en las que instalarse y que se correspondan con verdades objetivas reales. Es decir, al igual se ensalzan los comienzos de las cosas, la llamada metafísica de la presencia tiende a establecer un origen para todo, un creador, una figura original visible, en suma, un principio que es identificado con la figura paterna y con el orden y la jerarquía masculinos. Así nos hemos aposentado en un cómodo sistema binario de relaciones entre el bien-mal; bueno-malo; natural-artificial.

    Si realmente estuvieramos aplicando términos "derridianos" a nuestro discurso, nos daríamos cuenta inmediatamente que en este discurso no cabría la figura de un "autor" (por estar ya muerto)Ni cabría la propia presencia de Rem Koolhaas (al que estamos adoptando casi como nustro genius loci de la deconstrucción)

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  2. toma ya!

    creo que lo estás planteando desde un nivel bastante profundo pero creo que estás en la línea de como se debe plantear el tema. Ahora voy a ver si puedo colgar una reflexión anterior a leer este comentario, dsp te respondo. si puedo!

    -íñigo-

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  3. sí, fue la base de la cultura occidental en la Edad Moderna, la idea de progreso ligada al discurso único. El síntoma de que los cambios culturales de los últimos cincuenta años parecen ser profundos, aunque de raíz decimonónica. También, el campo del movimiento "moderno". Ahora, si se me permite, las vías parecen estar entre arquitectura autónoma a través por ejemplo de la deconstrucción o neomodernos, o discurso ligado contextualmente, como regionalismo crítico, entre otras vías supongo, ¿no?¿parece así?

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  4. Para sembrar un poco más el caos...
    He seleccionado una pregunta que Zaera le formuló a Koolhaas y que no he querido colgar antes para evitar ataques de nervios entre aquellos de vosotros que ya tuviéseis redactado el trabajo (conste que, tras haber leído la entrevista, mi enfoque del trabajo no varió sustancialmente, lo cual no sé si es bueno o malo...)
    Dicha pregunta aparece recogida en: A. Zaera: “Encontrando libertades: conversaciones con Rem Koolhaas” en El Croquis 53+79. OMA/ REM KOOLHAAS 1987 1998, ed. conjunta 1998, pp. 14-39 (¡gracias Olaya por habérmela facilitado!):

    -Zaera: Uno de los aspectos más intrigantes de su carrera es su capacidad para romper con su pasado: su transformación de escritor en arquitecto practicante, su salto de Europa a América y de vuelta a Europa...No se trata de un proceso evolutivo, sino de una sucesión de rupturas. Recientemente [pensad que la entrevista pertenece al siglo pasado...] ha venido criticando el deconstructivismo, a pesar de su participación en aquel famoso show. ¿A qué obedecen esas críticas?

    -Koolhaas: Es algo que tiene que ver con la observación de los efectos del caos: la sensibilidad caótica. No puedo evitar ser escéptico ante la analogía ingenua y banal que efectúan los deconstructivistas entre una geometría supuestamente irregular y un mundo fragmentado, o un mundo en el que los valores ya no están anclados de forma fija. Es una aproximación desesperadamente visual, compositiva –y por tanto, arquitectónica en su sentido más tradicional. Y en última instancia, para mí, decorativa.
    Yo siempre he dudado entre la explosión y la construcción. En este momento, para mi es diez veces más interesante construir que explosionar; porque la explosión dura sólo un momento, mientras que la construcción dura mucho más. En ese sentido, la deconstrucción ya ha hecho todo lo que podía hacer en arquitectura. Quizá ha sido un importante método de análisis, de experimentación, pero no le veo ningún futuro dentro del mundo de la arquitectura.

    Pues bien, me gustaría saber qué pensais vosotros (¡venga, a ver si os animais a responder!), especialmente:
    -¿Creeis que “la deconstrucción no tiene futuro dentro del mundo de la arquitectura”? En ese caso, en Santiago tenemos un problema: ¿cómo presentamos la Ciudad de la Cultura de Eisenman?
    -¿Hasta qué punto es casi exclusivamente la crítica –y no los artífices de una determinada disciplina- la encargada de sistematizar mediante categorías, cuyos nombres son más o menos acertados, las obras de un determinado momento y/o lugar y/o artista o colectividad? Digo esto pensando no sólo en la arquitectura, sino también en la plástica: desde Winckelmann -creando la Historia del Arte como la conocemos hoy-, hasta las galerías americanas –las grandes catalizadoras de varios movimientos de la II Posguerra, como el Action Painting- o la crítica especializada actual –capaz de encumbrar a un determinado artista en el momento en que lo convierte en su “apuesta personal”-. Dicho de otro modo: si se diese el caso de que Koolhaas negase taxativamente su adscripción a la Deconstrucción (ojo, es una hipótesis, no digo que lo haya hecho), nosotros, como arquitectos e historiadores, ¿estaríamos autorizados a calificar alguna de sus obras como “deconstructivista” si, a nuestro entender, cumple los requisitos que asociamos a esta “clasificación”?
    Un saludo

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  5. Por un lado, si analizamos las palabras de Koolhaas, nos reconoce claramente que él ha hecho deconstrucción en su momento, pero que ahora (en el momento de la entrevista) le atraen más otros caminos. Según él siempre está en el momento justo, sólo faltaría que reconociese otra cosa...
    Y respecto a lo que dices de si tenemos derecho a clasificarlo o no, según si al niño le parece bien o mal, aunque todo apunte a que encaja en ese lugar...
    Eso es como decir que se da por cerrado un caso en el momento que el acusado se declare inocente...
    Entonces ¿Para qué están los críticos y los historiadores? ¿No te parece que ya hay bastante paro?
    Bromas a un lado, lo que creo sinceramente es que no se puede ser juez y parte.

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