miércoles, 18 de marzo de 2009

CONGREXPO EURALILLE 2004


El concepto del lugar como clave para la recualificación de la arquitectura moderna había adoptado en la recuperación disciplinar distintas escalas. Para la deconstrucción, sin embargo, el no-lugar conduce a una lectura particular de las experiencias urbanas.
Así ocurre con un ejemplo emblemático de la deconstrucción: el proyecto Eurallille 2004 de Rem Koolhaas.
Euralille se encuentra próximo geográficamente a La Villette: a menos de 200 kilómetros, o mejor, a una hora en el TGV, en tren de alta velocidad francés. Precisamente éste es el punto de partida del encargo. El túnel del Canal de la Mancha conecta ferroviariamente Gran Bretaña con el Continente. Y hace de Lille el centro de una Y que dirige sus vectores a París, a Londres, y a Bruselas y Berlín: el gran distribuidor hacia el sur y el este centroeuropeo.
Este punto intercambiador puede convertirse en un gran dinamizador urbano y social. Y quiere hacerlo mediante la arquitectura. Este es el proyecto de Euralille.
Koolhaas, su autor, no cree, sin embargo en el genius loci, en el genio del lugar, sino que, por el contrario, afirma: “En el mundo contemporáneo, los programas resultan abstractos, en el sentido de que ya no están ligados a un lugar o a una ciudad concreta, sino que flotan y gravitan de forma oportunista alrededor del lugar que ofrece el mayor número de conexiones”.
Como Tschumi, Koolhaas ha estudiado en la Architectural Association de Londres; se ha desplazado como él a Nueva York, y ahí se ha sentido fascinado por la gran metrópoli, cuyo caos y cuyas contradicciones ve como signos positivos. Y, vuelto a Europa, dirige desde Rotterdam la que llama Office for Metropolitan Architecture, donde defiende la deconstrucción y, desde sus parámetros va formulando en los ochenta y los noventa propuestas para las diferentes escalas de la arquitectura.
El término escalas de la arquitectura puede ser equívoco, y aquí adopta un significado plural. Hablamos de escala humana y escala monumental en el mundo clásico y en el movimiento moderno. Pero no es a esto a lo que nos referimos ahora. Koolhaas habla de cómo la arquitectura moderna, que ha extendido ampliado su territorio de actividad desde la ciudad hasta el diseño elemental, puede abordar este territorio con instrumentos similares: en el límite, con un único instrumento común.
Un instrumento que sólo variaría en cada caso su escala de aproximación. La sustancia sería la misma al abordar un objeto o un territorio; sólo diferiría su escala. Polémicamente, ello sirve para titular su gran contribución teórica de los noventa: el libro donde expone esas ideas y sus propios proyectos de arquitectura. Un libro titulado S.M.L.XL, como si de una serie de tallas de confección se tratara.
Pues bien, sobre estas ideas, al abordar el problema de Lille, sugiere una respuesta única, de gran escala: de talla XL, que integra en una respuesta única la complejidad de los problemas urbanos y de las funciones prácticas a las que se debe enfrentar.
Euralille debe ser una gran arquitectura alzada sobre ese centro ideal de la Y de Lille. Una arquitectura que se superponga físicamente a la red ferroviaria, cabalgando sobre ella, y expresando con una forma unitaria --el huevo, se dirá en seguida-- la complejidad de contenidos y funciones.
La idea no pudo ser llevada a la práctica con esa radicalidad, y el proyecto hubo de articularse en una zona ferroviaria, una zona del negocios, destinada a comercio y oficinas, y una zona terciaria, destinada al ocio plural. La primera dará lugar a un nuevo intercambiador ferroviario, de interés muy relativo. La segunda se concebirá como una gran plataforma unitaria de la que emergerán dos baterías de cuatro o cinco torres en sus bordes, cuya realización se encomienda a algunos de los más caracterizados arquitectos franceses del momento, como Jean Nouvel o Christian de Portzamparc. Y la tercera --que se reserva para sí el propio Koolhaas-- será el huevo mecánico propiamente dicho, que acogerá en sí un centro de exposiciones, un centro plural de convenciones y un gran centro de concentraciones populares y actuaciones musicales, además de varios contenidos secundarios de almacenamiento y servicio. Todo ello --como decíamos-- integrado en una única arquitectura, en un único cuerpo formal. En él y en su proceso deconstructivo vamos a deternernos.
Integrar tres contenidos principales en una única fábrica arquitectónica, no es un problema nuevo. La historia antigua y moderna muestra notables ejemplos de resolución mejor o peor del problema: desde Apolodoro de Damasco hasta Mies van der Rohe.
Mas Koolhaas quiere crear un contenedor o container, pero rechaza la idea única para la forma arquitectónica. Se debate --deconstruye-- entre la idea unitaria y su ejecución fragmentaria. Entre la unión y la descomposición. Entre el conjunto y las partes. Yuxtapone, no compone, tres organismos, y busca unirlos y diferenciarlos a la vez por medio de rupturas y deconstrucciones en la planimetría, en la articulación volumétrica, en las formas, y en los materiales.
En el auditorio prima el hormigón poco tratado. Al otro lado, en la nave de exposiciones, la tecnología industrial, con ecos arqueológicos y formas garaje. En el centro destinado a congresos y asambleas, la fragmentación obsesiva y reiterada de los elementos, dentro de un refinamiento plástico y material, que llega a su culminación en el juego de escaleras que zigzaguean en el vestíbulo central y en la deconstrucción formal del plano vidriado frontal, que rechaza casi cualquier idea de muro cortina y llega a hacerse papiroflexia.
Es como si el Panteón romano de Apolodoro o ese container miesiano se quebraran, se plegaran, se rompieran, se articularan y se fragmentaran hasta el delirio. Delirious New York, había escrito Koolhaas. Delirious Lille, podríamos decir nosotros ahora.
Ultima utopía del siglo XX, Euralille sirve de enlace con la nueva arquitectura y el nuevo urbanismo del nuevo siglo.

José Ramón Alonso,
mayo de 2003


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Sobre Euralille y el Congrexpo de Koolhaas en Lile:
P. Joffroy y C. Balmond: Centro de congresos en Lille, rev. Arquitectura Viva, Madrid, 39/1994.
F. Chaslin y otros: Francia en formas, Euralille, rev. Arquitectura Viva, Madrid, 37/1994.
OMA, Koolhaas: Euralille, rev. El Croquis, Madrid, 53/1992 y 79/1996.
R. Koolhaas: Euralille, el salto cuántico, en J. Dethier y A. Guiheux (eds): Visiones urbanas,
Europa 1870-1993: la ciudad del artista, la ciudad del arquitecto, París y Barcelona 1994, 458.

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